07 mayo 2007

Un nuevo paso en el mundo de los sueños


Robinho saca brillo al talento de Guti----Ramos celebra con Beckam sobre sus hombros la victoria blanca
Después de unos años plagados de mal juego y decepciones, de ilusiones rotas en pedazos, de oscuridad profunda sin atisbos de solución, una nueva espereranza se abre en nuestros blancos corazones cuando presenciamos encuentros como el de ayer.
La épica se respiraba en el ambiente y más con el hilo musical que nos ofrecía el bernabéu. Empezando con El Señor de los Anillos, continuando con Piratas del Caribe, para rematar con Carmina Burana mientras 80.000 almas levantaban un gran mosaico blanco que recibía a los jugadores.
Los actores de la película no defraudaron y se vieron actuaciones estelares en los dos bandos. Pero sin duda, el glamour y el ingenio los impuso una estrella rubia que emergió en el segundo acto. Parecía destinado a un papel secundario, pero su talento y su visión de juego le lanzaron al estrellato.
Bravo por Guti, que puso en bandeja a los delanteros los tantos que cuajaron la necesaria remontada al golazo de bolea made in Zidane de Maresca en el primer tiempo.
El encuentro fue una lucha encarnizada entre los dos equipos llamados a pelear el título al Barça. El duro combate tuvo un justo vencedor, y ahora toca seguir adelante en este camino plagado de finales y esperar el más leve tropiezo del actual líder.
En el fútbol como en la vida no hay nada definitivo, pero siempre podemos soñar. Y soñamos.
Soñamos con la victoria, con el triunfo de los grandes valores,
con el perdón y el futuro,
con el reconocimiento a la dedicación, con el compañerismo.
Soñamos que lejos quedaron los malos momentos.
Soñamos que nos recuperamos. Soñamos con no volver a errar.
Soñamos con saber levantarnos en el momento de caer,
aunque sabemos que cuanto más dura sea la caída,
más costará levantarse.
Soñamos con el apoyo de los incondicionales, de los amigos sin comillas,
y más aún cuando nos sumergimos en el pozo,
que es cuando se demuestra la verdadera lealtad.
Soñamos con la justicia, con el esfuerzo recompensado,
con la honestidad y la autenticidad.
Soñamos, soñamos, soñamos... y los sueños, sueños son.
Pero que sería de este mundo sin los sueños...

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