14 mayo 2007

El sueño continúa

Otra jornada de infarto que nos conduce inevitablemente al último tramo de la liga. El sábado la tarde se auguraba tranquila en Chamartín. Todo comenzaba con un homenaje un poco tardío a Cannavaro por sus títulos personales cosechados durante el pasado año. Títulos que hablan de una gran jugador que no ha sido capaz de demostrar su valía esta temporada en el equipo blanco. No se palpaba la tensión de las "finales" precedentes frente a Valencia y Sevilla, y todo se empezó a poner cuesta arriba cuando Pandiani cargo su rifle con dos cargas que tambalearon los cimientos del Bernabéu. Pero el Madrid de ahora tiene más vidas que un gato, y contestó al equipo catalán con la garra y la fuerza con la que está solventando sus últimos compromisos. Raul centró para que peinara un Roberto Carlos algo desubicado (sobre todo en defensa) y rematara el todoterreno Van Nistelrooy. Cuando se barruntaba el despertar madridista, otra contra letal de los periquitos terminó con la pelota en las redes y los defensas blancos pidiendo fuera juego. Llegó el descanso con 1-3 en el marcador. Nuestras caras en el graderío eran de incredulidad y de desconcierto. Parecía que la noche se cernía sobre el coliseo merengue y el futuro se llenaba de oscuridad.

La megafonía emitía música más pachanguera que otra cosa, como si para este encuentro no estuviera previsto un sobre esfuerzo ni apelar a la épica. Parecía que esta final era un amistoso veraniego que se estaba convirtiendo en una pesadilla. Pero el destino es caprichoso y una jornada más nuestro equipo nos iba a deleitar con una segunda parte llena de coraje, lucha y mucha tensión.

El segundo acto comenzó con la sustitución de Guti y Cicinho por Helguera y el sevillano Reyes, gran jugador que se unió a los Ramos, Raúl, Van Nistelrooy, Higuaín... en el encorajinado derroche de energías que condujo al equipo a la épica remontada. El publico, infatigable como nunca, llevó en volandas a sus jugadores para que primero Raúl, después Reyes y finalmente Higuaín en el último minuto del tiempo reglamentario levantasen un resultado adverso y pusieran al Real Madrid de nuevo al frente de la clasificación. La alegría se desbordó y se vivía más euforia que si se hubiese conseguido el título de liga. Y es que remontar un resultado adverso por dos goles no es tarea fácil.

Grande el "Pipita" Higuaín, que al fin marcó en el Bernabéu y de una manera que nunca se le olvidará. A nosotros tampoco se nos olvidará como luchó ese balón en profundidad, como se apoyó en Reyes y como culminó el gran pase con cañito incluido del sevillano. Miles de personas coreamos ese gol y descargamos nuestra pasión por el fútbol. ¡Qué sensaciones! Ese gol y el empate del Barça en su casa contra el Betis dejan la liga en manos de un equipo que hace unos meses estaba desahuciado y que ahora depende de si mismo para conseguir el título.

El sueño continúa y no nos queremos despertar.
Quedan cuatro jornadas, cuatro partidos de infarto y más oportunidades para volver a sentir ese cosquilleo, esa ansiedad, ese vello de punta, esa carne de gallina... y todo con un objetivo claro. No perder el liderato que tanto ha costado alcanzar.

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