03 noviembre 2014

Camino Vadiniense. Etapa 11: Cistierna - Gradefes

Miércoles 18 de septiembre de 2013

24,1 Km   6  horas

Albergue de Cistierna: habitación
Mapa gigante del Camino Vadniense
Después de una plácida noche en una de las habitaciones dobles del acogedor Albergue de Cistierna, me levanto a las 8 de la mañana. Me aseo y gracias al microondas desayuno leche caliente y unos bollitos de chocolate comprados el día anterior.

Albergue de Cistierna
¿Qué camino seguir?
Tomo unas fotos del albergue. En una de sus paredes destaca el gran plano con “El Camino Vadiniense”. Después recojo mis cosas y salgo sobre las 8:50.

La salida de Cistierna por el camino no está del todo bien señalizada, pero a pesar de ello, pronto me encuentro caminando por los llanos que ahora se presentan ante mí. La montaña ya queda atrás y ahora solo me queda llanear junto a los ríos que recorren estas tierras.

Río Esla
Sigue la flecha
Primero sigo la carretera de salida del pueblo y luego giro a la derecha por caminos hasta llegar junto a la vía del tren. Alguna que otra flecha amarilla confirman el buen camino. Pronto las casas quedan atrás. Llego de nuevo a pisar asfalto junto a la denominada Cruz del Molino. Por esta carretera llego hasta el río Esla, que el camino cruza por el Puente del Mercadillo, donde un panel informa de su historia y de la etapa de hoy del camino vadiniense.

Cruz del Molino
Puente del Mercadillo
A partir de este punto las flechas amarillas sobre fondo azul que indican el camino se nos muestran bidireccionales.

El camino trascurre por caminos más o menos paralelos a la carretera, y que en algún que otro lugar se encuentran invadidos por la vegetación.
Camino entre árboles
Más señales
En torno a las 10:15 llego a la localidad de Modino, donde me cruzo con el camión del butano. Salgo del pueblo y por un camino de cemento llego al cementerio.

En este punto una flecha amarilla me invita a continuar por un camino de tierra bordeando el camposanto junto a su tapia derecha.

Butanooooooo
Llegando al cementerio
Llevo ya un rato con un dolor intenso en el empeine de mi pie izquierdo. Es un dolor nuevo para mi, y supone una molestia bastante incomoda para caminar.

El camino en algunas ocasiones cambia de dirección, lo que me lleva a pensar que caminar por la carretera haría la etapa más corta. Eso me recomiendan algunos paisanos con los que me cruzo, pero yo prefiero andar por caminos de tierra y no sobre el duro asfalto. Me da la impresión de que la ganancia en tiempo por la carretera no sería mucha.

La maleza inunda el camino
ATENCIÓN: ABEJAS
En un momento dado me encuentro con una zona llena de colmenas donde un cartel reza: “Atención Abejas”. El trecho que sigue a continuación está inundado por la maleza. Un poco después tres perros custodian con recelo unos cobertizos. Consigo sortearlos dando un pequeño rodeo.

Perro dormido frente a barracón
OJO: Vacas y más vacas
De nuevo en el camino, un pastor conduce un grupo bastante numeroso de vacas que me obligan a apartarme si no quiero ser aplastado.

Consigo superar indemne estos pequeños obstáculos que me pone la naturaleza y llego hasta la carretera que me conduce en unos metros hasta Santibáñez de Rueda.

Llego a Santibánez de Rueda
Flecha bidireccional
Poco antes de entrar en este pequeño pueblo un hombre me saluda desde sus tierras y me comenta que él acaba de volver de hacer el Camino Francés y que le ha encantado la experiencia. Me ofrece algún que otro producto de su huerta que rechazo amablemente.

Mi pie un poco hinchado
Campanario de Santibañez
Continúo hasta el centro del pueblo donde paro a descansar enfrente de la iglesia y junto a una gran fuente. Son las 11:30.

Me quito la bota izquierda y me aplico calmatel en mi pie dolorido. Lo tengo levemente hinchado.

Bebo y como algo de chocolate. En unos veinte minutos vuelvo a calzarme y retomo la marcha. Por unas pintadas en el asfalto veo que quedan unos 12 kilómetros hasta Gradefes.  

Mansilla a tiro de piedra
En Carbajal me cruzo con caminantes
Continúo caminando por caminos de tierra más o menos cercanos a la carretera y la verdad es que voy muy a gusto. Decir que esa carretera está muy poco transitada y que los tramos en los que toca caminar por ella no se hace muy penoso ya que no hay casi tráfico.

Tomo la pista de tierra
¿Cuanto queda? NueBe kms. Duele.
Unos cincuenta minutos después de reemprender la marcha llego a Carbajal de Rueda. Poco después una pintada en la carretera me deja en shock(!). Abandono de nuevo el asfalto para transitar por anchos caminos junto a un canal de agua.

Iglesia de Villacidayo
Canal que da frescor al caminante
A las 13:30 llego a Villacidayo en cuyo centro seis perros me reciben ladrando sin parar. Paso junto a la iglesia y decido descansar cinco minutos a la salida del pueblo. Me bebo un kas naranja que llevo en la mochila y continúo con la intención de llegar a mi destino lo antes posible.

Grandes pistas junto a arboleda
Saliendo de Villacidayo
Transito de nuevo por grandes pistas de tierra junto a campos de labranza. Cuando me quiero dar cuenta llego a una carretera un poco más ancha que sigo unos metros para entrar en Gradefes. Son poco más de las 14:30. Me dirijo al ayuntamiento para registrarme y conseguir las llaves del albergue. Este cuesta 5 € y se encuentra al final del pueblo.

Llegando a Gradefes
Cilindros de paja
Al parecer antes que yo han llegado dos peregrinos que se han llevado la llave. Por fortuna, la mujer de la limpieza, que se encuentra en el ayuntamiento en ese momento, dispone de otra llave y me la presta.

Gradefes es un municipio que incluye bajo su ayuntamiento a unas cuantas pedanías que se encuentran a su alrededor. Sus casas se disponen principalmente a lo largo de su calle principal por lo que es muy alargado. En él hay tres bares, pero no tienen menú para comer, por lo que decido ir a ducharme y tomar algo de mis provisiones.

La calle principal
El albergue de Gradefes
El albergue se encuentra en el extremo suroeste, en mi caso, a la salida del pueblo, en el primer piso de un edificio de fachada blanca y convenientemente señalizado con una gran concha amarilla y azul. Está todo muy nuevo.

Me instalo en una habitación en la que hay seis camas en tres literas. Tiene un baño en la misma habitación, donde me doy una buena ducha.

Monasterio de Sta. Mª la Real
Ya duchado me preparo una sopa de sobre y aprovechando que hay detergente y lavadora hago la colada.

Bajo a dar una vuelta, entrando a la pequeña joya que es el Monasterio de Santa Mª la Real del siglo XII. Construido en la transición del románico al gótico, fue el primer monasterio femenino del mundo en rodear su altar mayor con una girola.



Peregrino admirando el monasterio
Canecillos del monasterio
Cuando salgo del monasterio paso por un bar donde veo como España vence a Serbia pasando a Semifinales del Eurobasket y luego voy a comprar. Me hago con unos tallarines a la carbonara que me cenaré por la noche acompañados de pan y una copa de chocolate.

Girola rodeando el altar
Vuelvo al albergue. Mientras escucho el fútbol meriendo algo de fuet que llevaba aún en la mochila y me como unas pipas recostado en uno de los cómodos sofás del albergue.

Después me ceno los tallarines y charlo un poco con los dos peregrinos que también descansan en el albergue. Me cuentan que ya han concluido su peregrinación y que al día siguiente se van para Madrid. A mi mañana me toca llegar al camino francés.

Gradefes
La confluencia del Camino Vadiniense con el Camino Francés se produce, o bien en Mansilla de las Mulas, bien en Puente Villarente. En ambos casos el camino a seguir desde Gradefes lleva al peregrino hasta San Miguel de la Escalada, donde uno debe decidir si continuar por la Ruta por Mansilla o dirigirse a Puente Villarente por la llamada Ruta Monumental. El desvío se encuentra convenientemente señalizado.


Estoy solo en la habitación...
Mi intención es llegar mañana hasta Puente Villarente, para al día siguiente cubrir los poco más de diez kilómetros que separan esta localidad de León y una vez allí dar por concluida mi andadura por el Camino Vadiniense.

Pero eso ya formará parte del siguiente post.

Hoy, aquí en Gradefes, me voy a dormir en torno a las 22:30.