14 febrero 2018

Etapa 12: Atapuerca - Burgos

Martes 6 de noviembre de 2007
20 km. Unas 4,30 horas


Alto de Atapuerca
Tras una nueva noche reparadora me levanto una nueva jornada en el camino de Santiago. Hoy la etapa es bastante asequible, ya que son solamente unos veinte kilómetros hasta llegar a Burgos. La idea es partir temprano para llegar a la ciudad pronto y poder dedicar la tarde a visitar la catedral y pasear por sus calles.

Así pues, pasados las 8:30 ya estamos en marcha buena parte del grupo de peregrinos que hemos pernoctado en Atapuerca. El día ha amanecido con nubes cubriendo el cielo y una ligera niebla que se acentúa al ascender al Alto de Atapuerca a tan solo dos kilómetros del inicio de la etapa.

En el alto se erige una gran cruz de madera y pueblan el suelo cientos de cantos y piedras ordenados formando círculos concéntricos, lo que sumado a la niebla le dan al paisaje un aura de misterio a lo Expediente X.

Cómo se gesta una foto haciendo un poco el ganso


Nubes amenazantes
Nos hacemos unas fotos haciendo un poco el ganso en la zona y emprendemos el suave descenso hacía la minúscula población de Villalval pasando junto a una cantera. El camino sigue unas pistas de tierra que tienen algunas bifurcaciones que no nos parece que estén del todo bien señalizadas, aunque al final siguiendo una pista u otra vamos a dar al mismo sitio. Durante el descenso caminamos juntos Ero, Pablo, Lucca y yo. Llevamos un ritmo cada vez más alto.

Orbaneja Riopico
Entre bromas, chascarrillos y cánticos de canciones infantiles establecemos una especie de competición por ver quién va más rápido. Yo enseguida desisto de seguirles el ritmo. Finalmente vamos escalonados y cada uno tranquilamente camina como quiere y puede.

Como sucede habitualmente los últimos días, acabamos caminando juntos Ero y yo. Pasamos por Cardeñuela y Orbaneja Riopico y finalmente llegamos a Castañares, donde hacemos una parada a tomar un café y descansar un poco nuestras piernas.

Obras y más obras
En pocos minutos retomamos el camino siguiendo las indicaciones. Tengo leído que hay una alternativa al monótono, feo y largo camino de entrada a Burgos por polígonos industriales que supone seguir el "camino oficial", tomando un desvío en algún punto cercano a Castañares para coger una especie de senda fluvial junto al río Arlanzón. Llegamos al punto por donde creo que debe estar el desvío, pero esta zona está en obras y tras intentar pasar por un lado u otro y toparnos con vallas, maquinas excavadoras y zanjas varias desistimos y seguimos por el andadero de la N-120.

Ya en Burgos
Después de varios días de tanto campo y tranquilidad se hace duro el toparse con la "gran ciudad". Menos mal que en cuanto atravesamos la periferia y los polígonos de entrada a la ciudad el paisaje cambia y nos recibe una bella ciudad coronada por un castillo desde el que observar unas maravillosas vistas de su gran catedral gótica.

Monasterio de San Juan
Tras caminar poco menos de una hora por el andadero de la nacional, comenzamos a recorrer las calles de Burgos que nos van a llevar hasta la plaza de San Juan, donde se encuentran las ruinas del Monasterio de San Juan y la Parroquia de San Lesmes.

Plaza de San Juan
Seguimos caminando un poco más en busca de albergue para esta noche. El albergue "municipal" de Burgos es en estos días un edificio prefabricado a orillas del Arlanzón en la salida de la ciudad. En estas fechas se encuentra cerrado, por lo que hay que buscar otras opciones. Por fortuna, existe un pequeño albergue en pleno centro, a unos 100 metros de la catedral, en la capilla Divina Pastora (Albergue Santiago y Santa Catalina) y aunque tiene pocas plazas, esperemos que haya sitio.

Catedral de Burgos
Peregrino cansado de esperar
Llegamos a la puerta del albergue sobre las 13:30. Ya hay un grupito de peregrinos esperando su apertura, que al parecer es a las 14:00. Me despojo de mi mochila y me siento a descansar tranquilamente en un banco. Tanto Ero como Pablo tienen intención de descansar un día en Burgos, por lo que deciden dirigirse a un Hotel para tomarse en él su merecido descanso.

Finalmente viene una anciana a abrir el albergue y a acogernos. La verdad es que es encantadora y el albergue es pequeñito pero acogedor, con 18 camas en literas. Casi la mitad de las plazas están ocupadas por un grupo de "excursionistas" andaluces. También se encuentran en el albergue Luca, Ingrid, los coreanos y al rato llega también Miguel.

Admirando el claustro de la catedral
Una vez instalado y aseado, lavo algo de ropa y marcho a comer.

Después voy a hacer la visita de rigor a la catedral, donde admiro su bella estampa, su claustro, la sillería del coro, la "escalera dorada", los relieves de la girola....

Después de la visita al interior de la catedral, recorro su exterior realizando alguna fotografía. Me acerco al inicio de la cuesta que lleva al castillo, pero decido dejar la visita al mismo para otra ocasión, ya que estoy algo cansado. Voy a la Plaza Mayor y de nuevo al albergue.

Iluminado
Tras un rato de descanso me acerco hasta la Parroquia de San Lesmes a la misa de las 7.

Al salir decido aprovechar que estoy en una capital de provincia para darme un capricho en forma de fastfood y me acerco a cenar a un PizzaHut que vi cuando entré por la mañana en la ciudad y que estaba cerca.

Hemos quedado Luca, Ingris, Pablo, Ero y yo en el hotel en que se alojan Pablo y Ero para ver el partido de Liga de Campeones del Madrid. Termino de cenar un poco tarde y voy justo de tiempo para llegar antes de que inicie el partido. Al salir de la pizzeria, satisfecho con lo engullido, trato de acelerar el paso para llegar rápido al hotel de mis compañeros.
Portada de la catedral

Pero noto que algo no va bien. No puedo caminar deprisa. Siento un dolor intenso en la parte frontal de mi pierna izquierda. Mientras camino despacio el dolor es leve y soportable, pero si acelero sube de intensidad y comienzo a cojear. Camino pues un poco más lento y llego al hotel justo a tiempo de ver comenzar el partido.

Cimborrio de la catedral
Mis compañeros han pedido permiso en el hotel y nos permiten a los cinco estar en una pequeña sala que tienen con un televisor en la planta baja del hotel.

El partido es contra el Olympiacos griego en su casa y la verdad es que es un poco aburrido. Finalmente quedan empate a cero. Charlamos y nos reímos durante el transcurso del mismo. No podemos quedarnos a ver el final ya que el albergue cierra sus puertas a las 22:00.

Viendo el fútbol en buena compañía
Un cuarto de hora antes de las diez emprendemos el camino al albergue Luca, Ingrid y yo. Voy tranquilamente para no sentir mucho dolor en la pierna y la verdad es que no le doy mucha importancia. Espero que sea una pequeña sobrecarga que con el descanso de la noche se me pase.

Llegamos al albergue sin sobresaltos y antes de que apaguen las luces y cierren la puerta.

Me acuesto valorando las opciones que tengo de cara a los próximos días: según mi guía, ahora vienen dos etapas de unos 30 kilómetros la primera hasta Hontanas y 35 la segunda para llegar hasta Fromista. Quizá sea algo durillo. La opción que me planteo es dividir estas dos etapas en tres más asequibles de unos 20 kilómetros cada una parando en Hornillos, Castrojeriz y Fromista.

Veremos como me levanto mañana y como se suceden los acontecimientos...



                                                                                    - Continúa caminando en la etapa 13 -



09 enero 2018

Etapa 11: Tosantos - Atapuerca

Lunes 5 de noviembre de 2007
25,2 km. Unas 6 horas

Después de una nueva noche apacible de descanso, amanece una nueva jornada en el Camino de Santiago. Me levanto tranquilamente junto a mis compañeros pasadas las 8 de la mañana y tras recoger nuestros bártulos y asearnos disfrutamos del desayuno que atentamente nos preparan los hospitaleros de este magnífico albergue de Tosantos.

Albergue de Tosantos: Lucca, Santi, José Luis, yo y Ero
Antes de partir charlamos un rato con Santi y José Luis y nos echamos unas fotos de recuerdo.

Nuevo día nublado
El día ha amanecido fresco y nublado. En torno a las 9:30 emprendemos la marcha. Hoy debemos afrontar una etapa dura, con el ascenso al Alto de la Pedraja atravesando los Montes de Oca en un recorrido de unos 12 kilómetros sin poblaciones ni servicios. Una etapa de esas que más me gustan.

Como es habitual, al poco de comenzar a caminar el grupo se va separando y pronto me encuentro rodeado únicamente de mis pensamientos.

Restos de San Félix
La primera parte de la etapa transcurre por pistas llanas hasta alcanzar Villafranca de Montes de Oca, punto en el que muchos peregrinos paran para avituallarse y afrontar la subida hasta el Monasterio de San Juan de Ortega.

Antes de Villafranca, paso por un par de pueblos y por los restos del abside del monasterio de San Félix (siglos VI y VIII).

En poco más de hora media llego hasta Villafranca y sin dilaciones tomo la pista forestal que me introduce en los bosques de los montes de Oca. Dicen que esta ruta xacobea a su paso por esta zona está íntimamente relacionada con el origen del juego de la oca.

Bosques de Oca

De oca a oca
La caminata por estos bosques me resulta deliciosa. El cielo se ha despejado y el sol acompaña mis pasos y calienta mi rostro. Desde Villafranca camino un par de horas siempre en ascenso, a veces suave, otras no tanto, hasta alcanzar los 1150 metros de altitud del Alto de la Pedraja, donde realizo un pequeño descanso.

Me siento al solecito unos minutos y repongo fuerzas con un kitkat y un poco de agua. A lo largo de la ascensión, que se realiza por una amplia pista forestal, me he encontrado con algún que otro peregrino tumbado al borde del camino tomando el sol y con las piernas en alto. Es una gozada pararte un rato a descansar y disfrutar del silencio y la tranquilidad del lugar.

Mojón y bota 
Caminos maravillosos
Al poco rato empiezo a sentir que me estoy quedando frío y retomo la marcha para, ya en suave descenso, alcanzar el Monasterio de San Juan de Ortega.

Son las 14:20 cuando llego hasta ese pequeño oasis en medio del monte que es el monasterio. Hago una visita al lugar, admirando el sepulcro del Santo que le da nombre y el capitel de la Anunciación que en cada equinoccio sufre el "milagro de la luz".

No voy a quedarme en su emblemático y austero albergue. Prefiero continuar unos kilómetros hasta Atapuerca, de manera que mañana tenga más a mano Burgos y pueda disfrutar de más tiempo para visitar la ciudad.

El Sepulcro de San Juan de Ortega
El día ha quedado muy azúl
Tras la visita al monumento, continúo sin dilación mi camino en dirección Agés. Enseguida me topo con el cartel que señaliza la opción de continuar el camino por Atapuerca o desviarse por Ibeas de Juarros, lo que supone un camino más liso por un andadero junto a la nacional. Mi elección en claramente continuar por Atapuerca.

Los últimos kilómetros hasta llegar a mi destino se me hacen larguísimos. La subida de la jornada y la travesía por los bosques de Oca me empiezan a pasar factura y no veo la hora de llegar a Atapuerca. Me vuelven a doler las plantas de los pies y la verdad es que los último pasos los realizo casi como un zombi. Al fin, a las 15:40 diviso los carteles que anuncian la cercanía de los yacimiento paleontológicos que han puesto a este lugar en el mapa.

Ya queda "menos"
Enseguida llego hasta el único albergue que hay en el pueblo, que es privado. Está un poco destartalado, pero cumple sus funciones a la perfección. Allí me encuentro con mis amigos peregrinos Lucca, Pablo, Ero, Ingrid y con unas peregrinas francesas que caminan con su padre con las que también he coincidido en etapas anteriores.

Me tomo un pincho de tortilla para apaciguar el hambre, ya que son las cuatro y no he comido. El albergue es una especie de choza algo rústico, pero en él me siento como un marqués después de la ducha reparadora.

Homo peregrin vs Homo antecessor
Después de descansar un rato, salgo en busca de una tienda para comprar algo de comer. Unos lugareños me indican donde encontrarla. Me dirijo a ella tranquilamente, ya que noto como me duelen varios músculos y articulaciones de mi cuerpo. De camino accedo a un patio, momento en el cual veo como un perro enorme se acerca a la carrera hacía a mi ladrando y con la lengua fuera. Yo y mis maltrechos músculos emprendemos una carrera hacia el lugar por el que he entrado al patio mientra el can no deja de saltar a mi alrededor. Enseguida viene el dueño y yo me doy cuenta de que el simpático animal solo desea jugar.

Cuidados peregrinos
Me he llevado un susto algo tonto, y he comprobado como con un subidón de adrenalina los dolores y molestias se olvidan en un santiamén.

Después de comprar unas sopas de sobre y unas salchichas vuelvo al albergue, donde después de una tranquila tarde de cháchara con el resto de peregrinos degustaremos una cena compartida en la que cada cual aportará sus viandas.


Cena de peregrinos

Ese calcetín parece radiactivo
La cena y la noche transcurre de manera apacible, echándonos unas risas mientras cada uno se queja de sus "penurias": cansancios, calambres, ampollas...

Me hubiera gustado acercarme hasta el yacimiento de Atapuerca y haberlo podido visitar, pero no estaba con muchas ganas de ponerme a hacer visitas (el yacimiento está a 3 kilómetros y no tengo ni idea de si se puede visitar en estas fechas) y la verdad he disfrutado más descansando y charlando con los compañeros. Otra vez será.


                                                                                    - Continúa caminando en la etapa 12 -