06 diciembre 2009

Un camino, una ilusión

El pasado 17 de octubre volví a entrar en Santiago como un peregrino. Llevaba en mi interior las experiencias y el cansancio acumulado de más de diez días caminando desde la ciudad portuguesa de Oporto. De nuevo la entrada a la ciudad del Apostol fue especial. Iba acompañado por dos grandes personas.

El primero de ellos, Manué, me había acompañado practicamente
desde el primer día en mi peregrinar. Veterano peregrino, congeniaba conmigo en muchos aspectos a la hora de sentir y vivir el Camino. Bellos recuerdos guardo de esos días de peregrinación, esas tardes de "turismo", esas reparadoras cenas, esas noches de albergue perdido de la mano de Dios.

El segundo, mi viejo amigo Miguel, peregrino vigués con el que ya recorrí una vez el Camino francés, y que quiso acompañarme en la última etapa de mi nueva aventura.

Entrada especial en la ciudad de Santiago, decía, por la compañía que conjugaba mi pasado y mi presente peregrino (y quien sabe y si mi futuro), porque llegar a Santiago caminando siempre es algo
emocionante, y por lo distinto de este mi tercer camino a los dos anteriores.

Yo siempre decía que es muy díficil explicar con palabras lo que significa para un peregrino "hacer el camino", y creía que existen tantas definiciones como peregrinos. Ahora creo que existen tantas definiciones como caminos recorridos.

Este nuevo itinerario ha sido para mi bastante diferente a los dos anteriores. No diré peor, pero es cierto que las ilusiones y el ánimo que me dieron los otros dos han sido menores en este caso.
Quizá el hecho de lanzarme a la aventura jacobea por tercer año consecutivo haya convertido lo anecdótico en rutinario, y a pesar de las enormes diferencias entre unos lugares y otros, la sensación ahora que ya
han pasado algunas semanas es que debería dejar algún año en "barbecho" antes de volver a calzarme las botas para afrontar nuevos retos peregrinos.
Y encima,como el año que entra se celebra el Xacobeo, lo que seguramente querrá decir mayor masificación, creo que el año 2010 voy a descansar y no acometeré ningún camino nuevo. Eso pienso hoy. En unos meses...

Dar las gracias a toda esa buena gente con la que te encuentras por los Caminos, porque sin ellos el peregrinar sería muy diferente. BUEN CAMINO!!!!!