26 enero 2008

El "camino de Santiago " en mi vida

Recientemente me he incorporado a mi nuevo centro de trabajo, que es nada más y nada menos que el Hospital Universitario de la Paz, en mi ciudad, Madrid. Y que grande fue mi sorpresa al descubrir en su exterior unas señales que para mi eran muy familiares. Unos símbolos que supongo pasan desapercibidos para la mayor parte de personas que se cruzan con ellos todos los días. Efectivamente. Esas señales son unas flechas amarillas. Sí, las famosas flechas amarillas que marcan la ruta a seguir para conseguir llegar hasta la tumba del Apóstol Santiago. Y es que el "Camino de Madrid", ruta que los amigos de las asociaciones del Camino de Santiago tratan de vitalizar y difundir, nace en la capital en la puerta de casa de cada madrileño, y sale de la ciudad por su zona norte, por el barrio de Fuencarral y la carretera de Colmenar.


La plaza Castilla, con sus famosas e inclinadas Torres Kio, todo un emblema de la capital de España.


Primera flecha amarilla, bajo las Torres Kio y junto a las marquesinas de autobuses, nos lleva por la Castellana.

Las primeras flechas que he detectado aparecen a escasos metros de la Plaza Castilla, y se dirigen por la Castellana hasta el Hospital de la Paz, al que rodean por la izquierda, de manera que te llevan a cruzar por el lugar por el que todas las mañanas yo me dirijo a desayunar a la cafetería de la facultad de medicina de la Universidad Autónoma, para llevarte hasta el Hospital Ramón y Cajal, punto en el que ya dejé de indagar.

Al llegar a la Paz, las flechas nos hacen girar hacia la izquierda antes de llegar al Hospital General...


Pasamos por "extracciones" y cruzamos la calle. Nos dirigimos hacia el puente sobre la M-30

Lo cruzamos y seguimos hacia el Ramón y Cajal. Al llegar a este hospital, las flechas continúan hacia...

Es curioso como se enlazan en nuestras vidas elementos que han sido o son importantes. El recorrer todos los días ese pequeño tramo del Camino me ayudará sin duda alguna a no perder de vista todo aquello que aprendí al recorrer el camino francés desde Saint Jean a Pied de Port, y alimentará mis deseos de, tarde o temprano, calzarme de nuevo las botas, tomar mi bordón y mi mochila y lanzarme una vez más en pos de la ilusión del peregrino: vivir el camino.


1 comentario:

Violeta Tomás dijo...

Acabo de volver del camino y me ha emocionado descubrirlo en pza. de castilla. Comparto los sentimientos, como peregrina. Y saber que está ahí, que puedo buscar las flechas apenas a 20 minutos de mi casa, me da una cierta tranquilidad cuando esta ciudad parece que se me quiere comer. Gracias por las fotos, las he guardado todas en mi archivo. Qué lindo saber que hay flechas que nos llevan a los lugares donde aprendimos de nuevo a soñar. Gracias.