|
Saliendo de Portilla de la Reina |
Me despierto bien descansado después de una maravillosa
noche en una cama bien mullida, con una almohada decente y sin el rollo del
saco. Es un lujo esto de dormir en una habitación solo para ti, aunque es
verdad que en los albergues no me estoy encontrando a casi nadie y duermo con todas las instalaciones casi en exclusiva para mi.
|
Rocas que me acechan |
El chico del albergue ha marchado pronto, por lo que me ha
dejado el desayuno preparado en el recibidor: un termo de café con leche y unas
magdalenas y bollitos. Doy buena cuenta de estas viandas y en torno a las 9:00
vuelvo a mi habitación, termino de recoger mis cosas y abandono el albergue.
Cierro con llave y deposito esta en el lugar convenido con el muchacho.
|
Caminando por la carretera |
Comienzo a caminar
por la solitaria carretera N-621 que desciende en dirección a Riaño. Los
carteles marcan
18
kilómetros de distancia. La etapa de hoy discurre una
gran parte por la carretera o muy cerca de ella. La carretera desciende junto
al desfiladero creado por el Río Yuso, que un poco antes de Barniedo de
la Reina se transforma en el
Río Esla, que con sus aguas nutre el embalse que cuando fue creado sumergió el
originario pueblo de Riaño.
|
Llegando a Barniedo de la Reina |
|
Carretera solitaria |
Camino pues los primeros
7 kilómetros por la
carretera por unos pasos estrechos llenos de desfiladeros y muy bonitos de
contemplar. Por suerte, apenas hay tráfico.
|
Bar Niedo en Barniedo |
|
Sigue la flecha! |
En algo más de hora y media llego a Barniedo de
la
Reina. El camino abandona la carretera y se
interna en el pueblo, que queda a la izquierda. Paso por delante del Bar Niedo
(jejeje) y llego a la salida del pueblo donde junto a una iglesia unas flechas
pintadas en el suelo provocan algo de confusión. Continúo por un camino de
tierra en el que hay dispuestos varios bancos de madera para tomar un descanso.
|
Cruz en lo alto |
|
Descanso en un banco |
Son las 11 cuando decido sentarme un ratito en uno de ellos.
Pronto retomo la marcha y disfruto con esta agradable senda que me conduce
hasta Boca de Huérgano pasando por Villafrea de
la Reina. Cruzo por un pequeño
puente de madera un arroyo y en poco más de una hora desde Barniedo llego a
Boca de Huérgano, donde el camino vuelve a coincidir con la carretera nacional
hasta prácticamente la entrada de Riaño.
|
Camino inundado |
|
Entrando en Boca de Huérgano |
Me tomo una coca cola en el bar Espigüete y vuelvo a
caminar. Salgo de Boca de Huérgano y veo varios carteles que indican un PR
hacía Riaño. Me da la impresión que ese sendero debe conducir al embalse y
finalmente al pueblo hundido bajo las aguas. Paso junto a
la Ermita de San Tirso y veo
que mis sospechas se van confirmando. Cada vez están más cerca las aguas del
embalse.
|
Saliendo de Boca de Huérgano |
|
PR a Riaño |
Un poco campo a través, un poco por camino, vuelvo a la
carretera, por la que sigo los cuatro o cinco kilómetros que me quedan hasta
Riaño. La carretera bordea el embalse y evita las aguas gracias a un gran
puente. Al fondo las montañas enmarcan un paisaje de extraordinaria belleza, en
cuyo centro queda el embalse que no está ni mucho menos a su nivel más alto.
|
El PR me conduce al agua |
|
Ermita de San Tirso |
A las dos menos cuarto llego hasta el primer cartel que
anuncia Riaño, lugar en el que el camino sale de la carretera y se dirige al
centro de este nuevo pueblo construido tras quedar anegado por el agua el
original al construir el embalse.
|
Primeras vistas del embalse |
|
La carretera va a morir a las aguas |
Paso junto a una curiosa construcción moderna techada que
parece un pabellón multiusos y después de subir una cuesta llego hasta
la
Plaza de Cimadevilla donde está el ayuntamiento y
la Plaza de los Pueblos, donde
unas columnas recuerdan los pueblos inundados con la construcción del albergue.
|
Embalse con montañas al fondo |
|
Puentes sobre el embalse |
Después de dar una gran vuelta en busca del Albergue,
finalmente me informan que está a un kilómetro del pueblo, a orillas del
embalse. Trato de contactar con el refugio de Riaño, que así se llama el que
será mi alojamiento. La persona que me coge el teléfono me dice que está de
viaje y me da otro teléfono para llamar. Contacto finalmente con Natacha, quien
amablemente me viene a buscar en menos de cinco minutos en su coche.
|
Pabellón multiusos |
|
Llegando a Riaño |
Me lleva hasta el refugio, que consta de una casa muy chula
junto a las aguas del embalse (donde viven los dueños) y al lado una cabañita con literas, una
cocina y un baño. Aquí dormiré yo esta noche a mis anchas, solo, un día más. Lo
más impresionante del lugar son las indescriptibles vistas que podré contemplar
desde mi litera.
|
El albergue al fondo |
|
Cuidado con el gato! |
Dejo las cosas en la cabaña y Natacha me lleva de nuevo en
su coche a Riaño donde busco un sitio para comer. La verdad es que el refugio
está muy cerquita del pueblo, a menos de diez minutos paseando, pero después de
la caminata de la mañana se agradece ir en automóvil y así puedo llegar a comer
a una hora decente.
Decido comer en el Hostal Sainz, donde quedo plenamente
saciado al devorar un perolo de alubias con chorizo y un poco de panga (el
segundo es para desengrasar).
|
Vistas llegando al albergue |
|
Albergue el Refugio |
Con la tripa más que llena me viene muy bien el paseito de
vuelta al refugio. Una vez allí, tomo la ducha de rigor y me tumbo un rato a
reposar. Aprovecho para darme algo de calmatel en mis piernas, algo doloridas
después de la dura etapa del día de ayer.
Disfruto de las vistas desde la habitación y realizo un par
de llamadas a la familia.
|
Mi cama y las increíbles vistas |
|
A contraluz |
A las 18:30 subo de nuevo hasta Riaño. Voy hasta la zona en
la que está reconstruida
la
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, donde también se
pueden ver algunos hórreos. Tomo unas fotografías y vuelvo hasta un bar junto a
la plaza de los Pueblos, donde veo a la selección española de baloncesto caer
ante la italiana en el Eurobasket 2013.
|
El peregrino con el embalse al fondo |
|
Hórreo |
Compro algo de bebida en un supermercado y una hamburguesa
para llevar en un bar y me vuelvo al albergue a cenar. Cuando llego veo que en
la habitación hay varias moscas y como hay un bote de insecticida, decido echar
una buena rociada por toda la habitación.
|
Embalse de Riaño |
|
Cae la tarde en el embalse de Riaño |
Mientras surte efecto el matamoscas, ceno y contemplo como
van desapareciendo los últimos rayos de luz y en el cielo se muestran toda una
amalgama de colores morados y rojos que se reflejan a su vez en las aguas del
embalse.
|
Últimas luces en el embalse |
|
Llega la noche al embalse |
Embelesado y obnubilado por la belleza de este lugar, me
acuesto en una litera escogida estratégicamente, de tal manera que desde donde
reposa mi cabeza contemplo el lago y las montañas por la ventana.